domingo, julio 30, 2006


Como agua para chocolate (fragmento)
" Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillas en nuestro interior, no las podemos encender solos, necesitamos oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender una de las cerillas. Por un momento, nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. "

¿Por qué se me gasta a pasos agigantados mi oxígeno?

viernes, julio 21, 2006


El alboroto se escuchó en el mundo entero; y sin embargo hoy día apenas se le da importancia. Los hombres habían creado algo superior al lenguaje, habían creado sonidos capaces de sensibilizar a todo tipo de gente con independencia de su raza, su edad o su grupo sanguíneo.
Encontraron algo con lo que sentirse unidos, podían llorar o reir abrazados los unos a los otros; todo estaba dicho.
Los hombres habían creado la música. El mayor descubrimiento hasta entonces ( me atrevería decir hasta hoy mismo). Pero pronto se encargaron de olvidar todos aquellos pentagramas que invisibles les unían, y los acordes dieron paso a los llantos y a los gritos...

domingo, julio 16, 2006


Se me quedaron los días entrelazados en los dedos. Marcados con cada huella dactilar, bien marcados, por si algún día me apetece investigar en ellos. Me cansé de juegos absurdos, sólo pido que me entreguen las instrucciones, las instrucciones de esta vida tan absurda y tan lenta. Se debió ir el tiempo de vacaciones, yo sólo quiero no perder el tiempo en las mías. Nadie contó con que los días se hacen más cortos, pero a mi el anochecer me recuerda que el tiempo pasa deprisa, o tan jodidamente despacio que prefiero no pensar en qué día estoy. Sin más.

jueves, julio 13, 2006

Últimamente no puedo dejar de ver "Báilame el agua" esta canción de Antonio Vega ilustra uno de los momentos más bellos de la película. Me encanta sencillamente.
Por cierto, yo insisto en que todas las historias acaben mal, el amor les abandona completamente, lo que resulta completamente injusto.
EL SITIO DE MI RECREO (Antonio Vega)
Donde nos llevó la imaginación,
donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos.
Donde se creó la primera luz
junto a la semilla de cielo azul
volveré a ese lugar donde nací.
De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo
, de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.
Viento que a su murmullo
parece hablar mueve el mundo con gracia,
la ves bailar y con él,
el escenario de mi hogar.
Mar, bandeja de plata,
mar infernal es su temperamento natural
, poco o nada cuesta ser uno más.
De sol, espeiga y deseo...
Silencio, brisa y cordura
dan aliento a mi locura
, hay nieve, hay fuego, hay deseo,
ahí donde me recreo.

miércoles, julio 05, 2006


Préstame las alas ¿quieres?. Mi pasado no me regaló unas para huir del presente e intentar cambiar mi futuro... ¿O quizás si? Quizá sólo sea un ángel caído y un pobre demonio encontrase mis alas.
Me siento incompleta sin ellas, ¿no entiendes que echo de menos su tacto por las noches?
Quiero mis alas. Devuelvanme mis alas.

martes, julio 04, 2006



El humo invade nuestros pulmones, pronto aquello se empieza a notar y las carcajadas nos persiguen, son rápidas, no nos podemos liberar de ellas. Sentimos la subida de adrenalina por todo el cuerpo, estamos vivas, seguimos vivas; volver a escuchar nuestras carcajadas nos lo confirma.Y pronto de nuevo, al oler nuestro perfume más preciado volvemos a volar y nos damos cuenta de que se esfumaron nuestros problemas (si es que alguna vez los tuvimos) cuando fumamos de más.

domingo, julio 02, 2006


(…) Y había una cosa más que Momo no acababa de entender. Había empezado hacía
muy poco. Cada vez era más frecuente que los niños trajeran toda clase de
juguetes con los que no se podía jugar de verdad, como, por ejemplo, un tanque
de mando a distancia, que se podía hacer dar vueltas, pero que no servía para
nada más. O un cohete espacial, que daba vueltas alrededor de una torre, pero
con el que no se podía hacer nada más. O un pequeño robot, que se paseaba con
los ojos encendidos y giraba la cabeza a uno y otro lado, pero que no se podía
aprovechar para nada más.
Está claro que eran juguetes muy caros, como nunca
los habían tenido los amigos de Momo, y no digamos la propia Momo. Sobre todo,
esas cosas eran tan perfectas hasta el menor detalle, que uno no se podía
imaginar nada. De modo que los niños se sentaban durante horas y miraban atengos
y, al mismo tiemop aburridos, una de esas cosas que corría por ahí, daba vueltas
o se paseaba, pero no se les ocurría nada. Por eso acababan volviendo a sus
viejos juegos, para los que les bastaban un par de cajas, un mantel roto o un
puñado de guijarros. Entonces podían imaginárselo todo. (…)

El mejor juguete para un niño, es sin duda la imaginación.