Yo sigo meciendome en el abismo de las palabras; la gente mientras tanto no hace más que soplar para que caiga. No quiero dejarme atrapar por las fluctuaciones de las sílabas, no quiero ser devorada por opiniones que no respetan la mía. Respetad al menos esta decisión.

No sé lo que quiero, pero si sé lo que no quiero. No quiero palabras falsas, risas a las espaldas. No quiero esperar demasiado de cierta gente. No quiero decepcionarme. No quiero separarme de vosotros. No quiero todo de golpe. No quiero empeñarme en saber lo que quiero.

Palabras que no se pronuncian, palabras que se quedan en la punta de la lengua, palabras que terminan en una carcajada, palabras que nunca se dicen, palabras que prometen, palabras mal pronunciadas, palabras que quedan reflejadas en este blog. Sonidos vocálicos.

Dime qué puerta es la que me lleva a mi mundo. Lo he materializado para que deje de existir sólo en mi cabeza. Y seré reina de mi mundo, seré la republicana que detesta a las reinas, seré la ciudad y la ciudadana que lucha por su individualidad. Y un avión se estrellará para enseñarme nuevas cosas.

Nos fuimos a volar en el mismo paracaídas, yo amortigué el golpe. No era capaz de abrir los ojos mientras ibamos perdiendo altura para reaccionar a tiempo; ahora no soy capaz de abrirlos por el impacto sufrido. Y sigo notando la sensación de vértigo en el estómago.

A ti no te da tiempo a pensar y yo lo he revivido en mi cabeza miles de veces. Cuando las ilusiones no se corresponden sólo nos queda fantasear, tumbarnos mirando al cielo y quizá, no dejar de creer que los sueños, sueños son.

No espero nada. Ninguna señal de vida. Me basta con que al leerme sepas que sigo viva, que parte de lo que dejaste continúa levantandose cada mañana. Y últimamente sólo la despiertan los rayos soleados del sol.

Se me figura que decir amigo es decir ternura. También risas, carcajadas y abrazos. Tardes llorando en el hombro del otro y conversaciones que acaban al desaparecer las estrellas. Decir amigo es decir retazos de felicidad, y yo cuando la pronuncio confío en hacerla una palabra eterna.

Y entre acera y acera encuentro baches. Normalmente varias personas me recogen del foso y vuelvo a ver el suelo desde arriba. Lo que no me explico es por qué no termino de echar cemento a mis zanjas. Parece que no es el mejor tiempo para tapiar aguas pasadas.

Necesito una palabra de ánimo y una palmadita en la espalda. Necesito poder hablar durante horas sobre todo tipo de cosas. Necesito que alguien me diga que me estoy equivocando, pero que me deje asumir las consecuencias de mis actos. Por suerte, no necesito nuevos amigos, tengo a las personas que más merecen la pena en este mundo.

- No puedes abandonar una cosa del mañana cuando ni siquiera lo has intentado hoy.

- No voy a malgastar mi tiempo probando a hacer algo cuando sé seguro que no va a salir.

- De acuerdo, no malgastarás tu tiempo, pero sí tu vida. - contestó la niña.

La vida pesa y pasa. A veces tan increiblemente rápido que da vértigo echar la vista atrás y recriminarnos lo que ya no merece la pena. No me da tiempo a observar todo lo que pasa, sólo puedo contemplarlo un segundo desde el retrovisor. Estoy sobrepasando el límite de velocidad.

De haberlo sabido te hubiera prestado más atención, hubiera valorado más tenerte al lado. De haberlo sabido yo te hubiera cogido la mano a ti y habría archivado esa mirada en algún rincón de mi mente. De haberlo sabido...

Y yo soy una cobarde, pero tú, lo eres más.

Tienes la virtud o el defecto de dejarme a cuadros. No entiendo cómo tienes valor de pedirme explicaciones. Ya no te afecta, no te molestes. No te malinterpreto, realmente creo que tu propósito es volverme loca.

Mi patria es mi infancia. Daría mi vida por volver a estar rodeada de juguetes, descubrir cada día un nuevo pedacito de mundo. Porque aún recuerdo aquellos besos clandestinos tras las columnas y correr de la mano buscando al resto de amigos. Lloro cuando pienso que Peter Pan pasó de largo mi casa.

-Dame un beso.

Y recibiste uno en cada mejilla. No logro averiguar de qué manera actuar para causarme menos daño. No sé a qué espero, ni a qué aspiro. Toda la gente que merece la pena vuela a mundos distintos.

¿Qué quieres que te diga? Que mi vida transcurre igual, que la carrera no me va mal, que el tiempo pasa por mí como por todos los demás. Que estoy llena de ilusiones que como las anteriores poco a poco se cumplirán, que recuerdo aquellos tiempos de atrás. Que he conseguido aunar mi pasado y mi futuro de una forma genial.

Los elegidos para poner el fragmento de la 5º línea de la página 123 del libro que tengan más a mano son: Iréz, Inés y Quique (por meterme en embolaos xD!)

La gente me comenta que has perdido mucho, que el tiempo te ha estropeado bastante. No puedo evitar pensar que quizá no tienes en la vida todo lo que tú quieres. Pero la vida es una continúa elección, y tú sigues sin querer reconocer que elegiste a la persona menos adecuada.

Hubiera preferido despertarme contigo que pensando en ti. Cuánto más consciente soy de que te quiero olvidar, más hace mi inconsciente para que te recuerde. Pero pienso vencer a mi yo más profundo. Esta vez la razón tiene más peso que el corazón.

No sé en qué momento me desvíe del camino. Tantas piedras en el suelo provocaron que eligiese un rumbo en el que nunca pensé. Ahora no sé a qué atenerme. En ocasiones el mundo se vuelve un sendero gris, pero merece la pena continuar y mojarte; al final siempre aparece el arco iris.