Pudo conmigo, y mi alma quedó en algún lugar de la Alhambra en algún acorde del Sacromonte o en los cafés de La Tertulia. Pudo conmigo y ahora no sé qué hago aquí si tu isla no existe y los kilómetros se han acortado.
Las nubes viajan por el mundo arrastradas por el viento, en mi caso, a veces me siento arrastrada por las circunstancias; pero esto sólo hace que descubra miles de cosas que aún me quedaban por descubrir.