Fuimos obligados a crecer. No nos preguntaron antes de arrebatarnos nuestros juguetes, no supimos cómo hicieron desaparecer los duendes de nuestras cabezas. Nos confirmaron que los príncipes azules no exístian. Nosotros, aturdidos nos aferramos a los cuentos de todas las noches. Consiguieron que como todos los soñadores confundieramos el desencanto con la verdad.
jueves, septiembre 28, 2006
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3 comentarios:
Pues yo sigo creyendo en las princesas en sus castillos.
Ah, se me olvidaba, y sobre todo sigo creyendo en los lobos feroces.
Yo sigo soñando con el corazón aun a pesar de saber que nada de lo que creía es cierto...
Me niego a rendirme a la realidad, seguiré creyendo en todo lo que me hace tener ganas de seguir adelante, porque mientras yo (y más gente como yo) crea en ello...existirá.
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