
Seguro que no merece la pena dejar la puerta entre abierta; las ráfagas siempre pegan portazo en el momento menos oportuno. Si no se pueden controlar los elementos habrá que controlarse a uno mismo. Autocontrol.
Las nubes viajan por el mundo arrastradas por el viento, en mi caso, a veces me siento arrastrada por las circunstancias; pero esto sólo hace que descubra miles de cosas que aún me quedaban por descubrir.