
Pudo conmigo,
y mi alma quedó en algún lugar de la Alhambra
en algún acorde del Sacromonte
o en los cafés de La Tertulia.
Pudo conmigo y ahora no sé qué hago aquí
si tu isla no existe
y los kilómetros se han acortado.
Las nubes viajan por el mundo arrastradas por el viento, en mi caso, a veces me siento arrastrada por las circunstancias; pero esto sólo hace que descubra miles de cosas que aún me quedaban por descubrir.
1 comentario:
Y tomarse una copichuela en el Paseo de los Tristes viendo la alhambra a la luz de la luna y al alcance de la mano. ¿Qué tal? Me alegra ver que sigues en activo. Hace tiempo borré por equivocación todos los contactos blogueros y te acabo de recuperar viendo un post antiguo.
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