miércoles, septiembre 24, 2008

Otra vez de nuevo la eterna duda. Juré que no pasaría estos malos ratos contigo, lo juré cuando yo lloraba y tú te preocupabas por reírte cada vez más; sin embargo, ahora una parte de mí cree necesario llamarte y ofrecerte un hombro donde caigan tus lágrimas. Las mías cayeron al suelo, pero.. ¿es justo que yo haga lo mismo contigo?
Nadie se rompe tanto la cabeza conmigo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Haz lo que sientas, a veces hay que hacerlo aunque eso signifique 'perder' el tiempo.

Todo el mundo se merece una segunda oportunidad, si quieres dársela. Si no quieres, no se la merece.

Si es quien estoy pensando... te diría: joder, que la peten! Pero si dentro de ti no lo sientes así, no te aferres al pasado.
Ve con pies de plomo.Sólo puedo decirte eso, y que no estás sola, pequeña.

*

Aviadora dijo...

Alma grande y bondadosa que tienes.
Una duda que tu corazón tiene la respuesta, seguro.
Un abrazo cibernético.

Condevolney dijo...

Hello nubecilla, te voy a contar mi filosofía, creo que debemos experimentar con nuestros miedos, temores o dudas para conocerlos intensamente desde dentro y ellos solos se diluyen ya que solo son imágenes del pensamiento, los demás también somos nosotros, solo dominaremos nuestros sentimientos cuando el observador (yo) y lo observados (eso) sean uno (la misma cosa).
Busca tu paz y orden en el silencio que contiene todos los sonidos y la percepción de sus movimientos (los del pensamiento).
Sufrir esos malos ratos no es tan malo, lo malo es tomarse una “aspirina” para que se pase y no descubrir la verdad.
Creo en ti, y navegando entre tus Lölanubes, recibe una fina lluvia de paz y amor desde mi alma farolera.