domingo, agosto 27, 2006



A veces tengo que huir porque no puedo más. A veces tengo que callar por no resultar dura. A veces necesito llorar. A veces recuerdo épocas pasadas. A veces sueño con el futuro. A veces anhelo una caricia, o un beso. A veces me oprimen estas cuatro paredes. A veces quisiera no poder ver. A veces tengo miedo a estar sola. A veces el mundo me queda pequeño.. y mi vida grande. A veces presiento que mi vida es una tragicomedia.

martes, agosto 22, 2006

Adoro al hombre que descubrió que Dios ha muerto.

Sobre los amigos

Sólo medita por una vez para ti mismo
cuán diversos son los sentimientos, cuán divididas están las opiniones, aun
entre los conocidos más íntimos; cómo incluso opiniones idénticas tienen en la
cabezas de tus amigos un lugar o una intensidad enteramente diferentes que en la
tuya; cuantísimas veces se presenta el pretexto para el malentendido, para la
divergencia hostil. Después de todo ello, te dirás: ¡qué inseguro es el terreno
sobre el que descansan todas nuestras alianzas y amistades, qué cerca está los
chaparrones o el mal tiempo, qué aislado está todo hombre! Si alguien comprende
esto y además que todas las opiniones y su índole e intensidad son entre
semejantes tan necesarias e irresponsables como sus acciones, si se percata de
esta necesidad interna de las opiniones a partir de la inextricable imbricación
de carácter, ocupación, talento, entorno, tal vez se libre entonces de la
amargura e incisividad de ese sentimiento con que el sabio exclamó: «¡Amigos, no
hay amigos». Más bien se confesará: sí hay amigos, pero es el error, la ilusión
acerca de ti lo que los ha conducido a ti; y deben aprender a callar para seguir
siendo amigos tuyos; pues casi siempre tales relaciones humanas estriban en que
nunca se digan, ni siquiera se rocen, cierto par de cosas; pero en cuanto estas
piedrecitas echan a rodar, la amistad va detrás y se rompe. ¿Hay hombres que no
resultarán mortalmente heridos si se enterasen de lo que sus más íntimos amigos
saben de ellos en el fondo? Al aprender a conocernos a nosotros mismos y a
considerar nuestro mismo ser como una esfera cambiante de opiniones y
disposiciones y, por tanto a menospreciarlo un poco, restablecemos nuestro
equilibrio con los demás. Es verdad que tenemos buenas razones para despreciar a
cada uno de nuestros conocidos, aunque sean los más grandes; pero igual de
buenas para volver este sentimiento contra nosotros mismo. Y así, soportémonos
unos a otros, ya que nos soportamos a nosotros; y tal vez le llegue a cada cual
algún día también la hora más jubilosa en que diga:
«¡Amigos no hay
amigos!», exclamó el sabio moribundo;«¡Enemigos, no hay enemigos!», exclamo yo
el loco viviente.

A veces me pregunto si realmente hay algo.

viernes, agosto 18, 2006



Andar hacia delante. Retroceder. Comienza la duda. Inunda mi cabeza. Nunca actuar resultaba tan difícil. Cada movimiento desencadena a una historia distinta. Agradar a todo el mundo. Tomo aire. Cierro los ojos. He escrito una nueva línea en mi vida.

miércoles, agosto 16, 2006


Y cuando la lágrima cae
haces tú que se derrame con más fuerza,
con más ímpetu,
pero consigues que arrastre más dolor.
Porque me cansé de palabras bonitas,
no necesito que acaricien mis oídos
sino que escupan verdades
y logren abrazar mi alma.

domingo, agosto 13, 2006


Y en este último salto no sentí el hormigueo en la tripa. El abismo me aterrorizó, y jamás me había ocurrido. Entonces noté que ya no me agarrabas como antes, apenas notaba la punta de tus dedos junto a los míos. ¿Pretendías soltarme? Intuí que alguien te agarraba la otra mano, demasiado fuerte; y no pude parar el golpe contra el suelo.

sábado, agosto 12, 2006


Intenta que se derrumbe. Poco a poco, con pequeños soplidos, para que no resulte evidente. Libera una pequeña brisa de aire; para que se tambalee. Muy poco a poco. No pares de soplar, que sea un soplido constante; y cuando veas que se está a punto de partir sopla con todas tus fuerzas. Enhorabuena, lo has derrumbado.

domingo, agosto 06, 2006


- ¿Tú también lo hubieses intentado?
- Pues claro - te dije.
Y en ese preciso momento me di cuenta de que quizá no era la única que deseaba que las manecillas del reloj girasen a izquierdas para remendar errores pasados.
- Si no lo encuentro este año, me pegaré un tiro.
- Nos pegaremos un tiro - repusiste- pero antes nos liaremos ¿no?
Anhelé entonces no encontrarlo ni este año i ningún año siguiente.

miércoles, agosto 02, 2006


Salta. Gime. LLora. Huye. Corre. Grita. Camina. Piensa. Duerme. Lucha. Baila. Escucha. Habla. Oye. Come. Compra. Roba. Despierta. Medita. Queda. Sonríe. Discute. Entra. Sal. Calla. Desea. Disfruta. Vive. Muere. Perdona. Olvida. Siente.
No dejes de provocar reacciones químicas en tu cuerpo.